La fe del autor.
Estoy seguro de que si leen fantasía o juegan RPGs escucharon esta noticia de hace unos días: Andrzej Sapkowski demandó a la desarrolladora CD Projekt Red por millones de dólares, clamando regalías por la franquicia de "The Witcher", la cual nació de la pluma del autor polaco. Anteriormente, vendió los derechos por el equivalente a 9000 dólares y hasta ahí la dejó. ¿Por qué?
Y ése es el tema del día de hoy: porque el hombre nunca le tuvo fe a que The Witcher pudiera ser un buen videojuego.
Habría que mencionar algo en esta situación y es que soy fan del trabajo de éste hombre. La saga de Geralt de Rivia es una de mis favoritas ya que pone en perspectiva un mundo en el que lo fantástico y el medievo se unen de manera maravillosa. Hablo de un mundo en el que espectros y criaturas mágicas ya no asustan a nadie, en el que los magos son parte esencial de una comunidad y en que persiste un ligero tono de cinismo de parte de los personajes sobre el mundo en el que viven, uno en el que se preocupan más por su día a día o por si sobrevivirán al invierno que a las últimas hazañas de los caballeros y héroes, los cuales son considerados idiotas en general.
El universo de Geralt es uno que propone un acercamiento más realista a las ideas románticas del heroísmo, en el que a veces "resolver" los problemas ajenos no ayuda en nada y, casi siempre, empeora las cosas para la gente y los pueblos de los Reinos por donde seguimos a nuestro Witcher (o "Brujo", aunque personalmente creo que la traducción se queda muy corta para describir la suerte de habilidades de nuestro protagonista). En fin, mi trabajo aquí no es hablar del universo de Geralt ni de sus excelentes siete libros, sino más bien a ciertos acontecimientos que ocurren tras bambalinas, en los que el autor de tan magníficos libros se ha vuelto una figura bastante controversial.
Sapkowski bien podría ser considerado un escritor de la "vieja escuela", ya que ha reiterado en numerosas ocasiones que no considera que otros medios, como los videojuegos, sean capaces de proveer grandes historias. Él mismo considera la historia de los juegos de su propia franquicia como no canon y poco relevantes, ya que su visión en las novelas es la única real a sus ojos. Sin embargo, la comunidad de los videojuegos estalló contra él debido a que levantó una demanda contra CD Projekt Red por regalías que él, en un principio, declinó, ya que nunca creyó que los juegos fueran a ser tan populares como terminaron siendo, especialmente el tercero, que alcanzó fama mundial y puso al autor en el mapa fuera de Europa. La desarrolladora ha dicho que todo fue completamente legal y que no cederán a las amenazas del autor, quien se considera timado por la enorme cantidad de dinero que reciben los desarrolladores y no él. Bueno, suficiente nota periodística por hoy.
Hace unos días, se le preguntó a Dmitry Glukhovsky, autor de la franquicia de Metro (también adaptada a videojuegos) au opinión al respecto de la postura de Sapkowski y lo llamó "un viejo tonto e ingrato" y es difícil estar en desacuerdo con él. Autores como Glukhovsky y Patrick Rothfuss (creador de la saga Kingkiller, mejor conocida por "El nombre del Viento") han sido muy abiertos a recurrir a otros medios para promover, de una manera u otra, su trabajo, siendo ambos ávidos gamers, en especial Rothfuss, quien ha contribuido en videojuegos y juega Dungeons & Dragons, por decir algo. La postura de Sapkowski es, sin duda, altanera y retrógrada, pues parece no entender que un medio puede funcionar de diferentes maneras y que en realidad es culpa suya que no esté nadando en billetes debido a una muy mala visión a futuro y una extraña falta de fe en su propia franquicia, al creer que nadie más que él puede entender y hacer funcionar su universo, cuando se ha probado en incontables ocasiones que otros autores o directores pueden hacer cosas increíbles con el material base y expandir dicho universo.
¿Y cómo le va a Sapkowski, se preguntarán? Bueno.... No tan mal, debo decir. Recientemente se publicó el primer teaser de Henry Cavill -ex Superman- como Geralt para la serie de Netflix, en la cual actúa como consultor. Aunque sigue mostrando su falta de fe en el proyecto al no involucrarse más en ello, salvo para dar el visto bueno. A estas alturas, ya es más que obvio el ego del autor, el cual dice sí y pone la mano para recibir el dinero, mientras por dentro mienta madres, diciendo que sólo lo que él escribió está bien, cual niño chiquito.
Pero a pesar de todo, ¿Habrá gente que debido a esto decida que ya no le gustan los libros o el universo de The Witcher? Seguramente. Pero desde mi punto de vista, llega un momento en el que el trabajo de un creador deja de ser partr del autor mismo. ¿Odio a Tarantino porque tiene un muy conocido fetiche con los pies y lo saca a relucir en sus películas? ¿Desprecio a Lovecraft por lo abiertamente racista que era en sus historias? ¿Dejo de cagarme de risa al ver Drake & Josh porque Dan Schneider es un pedófilo? No. Lo que haga o deje de hacer un creador me es irrelevante porque lo que me interesa son sus obras; y no, no estoy disculpando a nadie (y menos al asqueroso de Schneider) pero sus obras me agradan y al final del día, consumo su trabajo, no sus vidas. Así que sí, Sapkowski es un viejo tonto e ingrato, pero no por eso dejaré de disfrutar el sentarme a leer el viaje del Lobo Blanco a través de sus páginas. Su autor puede ser de lo peor, pero por lo menos, tuvo la decencia de hacer a Geralt un ser humano decente.
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